El descenso del Sella es una experiencia que si te gusta la aventura no puedes dejar de hacer.
El Descenso internacional del Sella se celebra el primer sábado de agosto después del día 2, entre Arriondas y Ribadesella en Asturias con un recorrido de 20km y organizado por Federación Española de Piragüismo, el Comité Organizador y la Federación de Piragüismo de Asturias y está declarada como fiesta de interés turístico internacional.
De todas formas si no eres un profesional del piragüismo como es mi caso y el del 99% de los mortales, puedes hacer el descenso a lo largo del verano contratando algunas de las muchas empresas que ofrecen el servicio.
El coste suele estar entre los 20 y 30 euros dependiendo de los servicios que contrates, por ejemplo yo pagué 24€ por la experiencia, bocadillo, galleta, fruta y agua.
Las reglas son sencillas, tienes que llegar a cierto punto que esta a unos 8km antes de las 13:30 para poder seguir hasta el final del recorrido, donde hay que llegar antes de las 18:30.
De todas formas muchas empresas tienen puntos de salida a lo largo del recorrido para poder salir en cualquier punto una vez pasada la mitad del recorrido.
Durante esta mitad hay varios chiringuitos donde pararse a tomar algo y también hay en algunas playas señores que se ponen con una mesa, una sombrilla y una nevera de playa a vender refrescos.
Al principio vais a notar que el tráfico de canoas es de canoas es como el de una gran ciudad en hora punta. Hay puntos con poca agua, estrechos y mucha, mucha gente.
De hecho llega el punto en el que tendrás que bajarte y tirar unos metros de tu kayak. Pero creo que eso también forma parte de la experinecia.
Para mi en este momento lo divertido es ir esquivando gente, por lo que recomiendo salir a primera hora, y sobre todo ver como en algunas canoas hay gente que va con su perro, que algunos van como señores de paseo y otros van un poco más asustados aullando y con miedo.
Una vez que se coge ritmo ya solo hay que seguir la corriente por donde hay mas profundidad para no encallar y disfrutar de las vistas. Al menos hasta llegar al último chiringuito.
Nosotros nos paramos en este chiringuito y nos tomamos una coca cola y un bocadillo de carne que estaba de lujo por un precio bastante aceptable.
Después de este punto mucha gente abandona el descenso del Sella y el río coge más caudal, por lo que se navega mucho más fácil, además empieza a haber algunos pequeños rápidos que son muy divertidos.
Pero hay que tener cuidado en ocasiones después de un rápido viene una curva y puedes volcar o tener un roce con los terraplenes.
Las vistas son espectaculares y a veces puedes ver tu barca rodeada de salmones que nadan a tu alrededor.
En definitiva, el descenso del Sella, a mi me ha parecido una experiencia muy interesante por lo que se la recomiendo a todo el mundo y además no tiene mucha dificultad técnica, solo ganas de pasarlo bien.
