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Road trip por Almería – Capítulo 2 (La costa Almeriense)

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Esta entrada es la segunda de nuestro road trip por Almería, en la anterior os conté lo que nos sucedió en la parte interior de la provincia.

Aquí os contare como vivimos la parte más intensa del viaje, a pesar de estar con una gripe galopante y con una falta de sueño enorme.

Día 3 – Almería capital en duermevela

Amaneció el tercer día de nuestro viaje, aunque para mi había sido una noche cuanto menos peculiar, sin poder apenas dormir, debido al frio de la primera noche y a que se me pinchó el colchón en la segunda, pero eso os lo cuento aquí.

La cuestión es que nos habíamos levantado en el camping de La Garrofa que tiene su propia playa privada y cuya única pega sería que el agua que usan en las duchas es desalinizada, pero nada es perfecto…

Tras el desayuno nos fuimos a comprar un colchón hinchable, para sustituir al pinchado, y luego a Almería que esta a solo unos minutos en coche y aparcamos en el paseo marítimo.

Nota: Hay que tener cuidado con el sitio donde se aparca, ya que casi todo es zona azul…

Pasamos el día paseando por la ciudad, que dicho sea de paso me pareció preciosa, estuvimos tapeando y viendo algunos de sus lugares más emblemáticos, aunque mi cansancio era norme y me estaba venciendo…

No era capaz de hacer buenas fotos, no quería ir al castillo, iba como un zombie, de modo que decidimos volver al camping y descansar, de todas formas Almería siempre estaría allí y yo no iba a llevarme un buen recuerdo en esas condiciones. (Por eso no os pongo fotos)

Día 4 – Cabo de Gata y Cala Rajá

Al fin pude descansar, dormí como diez horas, algo no muy normal en mi, y menos viajando, pero el cuerpo me lo pedía, de modo que al despertarme desmontamos el campamento y fuimos a por uno de los hitos del viaje… Cabo de Gata y el Arrecife de las Sirenas.

La verdad es que tenía muchísimas ganas, desde pequeño llevaba estudiando Cabo de Gata en el colegio, el instituto y hasta en la universidad, y ahora que estaba allí veía que todo el parque es fabuloso, no hay ningún sitio que deje indiferente desde que entras hasta que te vas.

El propio cabo es espectacular, con el arrecife de las sirenas que parece sacado de una novela de fantasía.

Nosotros aparcamos en un llano que hay abajo y desde allí subimos por los senderitos que hay entre algunas rocas, en lugar de por la carretera.

Allí disfrutamos de las vistas y del espectáculo del mediterráneo golpeando aquellas rocas con forma de cuchillos.

Pero dejad que os cuente un secreto… el Cabo en si es solo una puerta a un mundo prácticamente virgen donde se cruzan el mar, el cielo y la tierra…

Es por ello que seleccioné una serie de calas y playas, de las muchas que salpican el parque natural, que vais a ver en esta entrada, empezando por la espectacular Cala Rajá

Desde el propio Cabo de Gata frente al llano donde aparcamos, hay un camino en el cual hay que tener un coche alto para meterse, el cual si se sigue va moviéndose de forma sinuosa, junto a la costa y entre los acantilados hasta llegar a un pequeño aparcamiento (no bajéis al segundo o tendréis problemas), y desde el aparcamiento a unos doscientos metros se encuentra la cala.

Que puedo deciros de esta cala oculta, donde apenas hay gente y donde las parejas vienen a disfrutar de algo de intimidad, de hecho creo que nuestra presencia turbaba a una pareja que se puso a nuestro lado y que querían pasar de las caricias a algo más intenso.

De origen volcánico, se ven perfectamente las coladas por donde se asciende y desciende, por lo que hay que llevar calzado más allá de unas chanclas.

Pero cuando llegas abajo, te sientes pequeñito, las rocas características de la costa almeriense te abrazan frente un mar azul como el cielo y un islote preside la ensenada.

A unos sesenta metros mar adentro, más allá del islote, se encuentra el arrecife de los peces, lugar donde nosotros queríamos ir a hacer snorkel, pues con aquel nombre tan sugerente no era para menos, pero el agua estaba tremendamente fría aquel día y yo sabiendo donde estaríamos el último día no puse pegas a la sugerencia de mis compañeros de no ir hasta allí.

No obstante no pude contenerme y sí hicimos snorkel cerca del islote mientras el resto de personas nos miraban.

Cuando el sol empezó a descender un poco, decidimos que era momento de irnos. Teníamos que llegar a los Escullos, donde montaríamos nuestro siguiente campamento base…

Si no habéis estado en el camping de los Escullos, os lo recomiendo, no es excesivamente caro y tiene todos los servicios que se necesitan, desde lavadoras, a supermercado, piscina, bar… por lo que te deja mucha independencia a la hora de moverte y no estar pendiente de avituallamiento.

Allí montamos nuestras tiendas, colchones, sacos, cocina… nos duchamos con agua dulce y nos fuimos a cenar al bar antes de irnos a dormir, el día siguiente tendría kilómetros…

Día 5 – La Luna, Mónsul, Genoveses y Escullos

Despertamos temprano, desayunamos y nos pusimos en marcha, nuestro destino eran tres de las playas más icónicas de Almería, dos de ellas separadas por menos de cinco minutos andando.

Llegamos a San José y por un camino de tierra que está cerrado en veranos llegamos al centro de interpretación aparcando allí y observando las dos primeras playas que ibamos a visitar; la de la Luna y la de Mónsul.

Caminando un poquito se llega a la playa de la Luna, de arenas blancas y de una pendiente que casi ni se aprecia, preciosa y prácticamente desierta. Allí disfrutamos de unos momentos de tranquilidad antes de volver sobre nuestros pasos y encarar la playa de Mónsul.

La de Mónsul es una de las playas más conocidas de Almería, y tiene sus motivos, la duna gigante que la flanquea, las rocas volcánicas que la rodean, su entrada al mar… todo en un paraje natural espectacular que esperemos que no se destruya por la acción del hombre.

Ya fue aquí donde vimos algunos de los efectos de la perdida de posidonias, y que es un serio problema para todo el planeta.

Tras esto volvimos a coger el coche y nos dirigimos hacia otra de las playas más conocidas de Almería, la de los Genoveses, que como el resto es preciosa, aunque hay que andar un par de cientos de metros para llegar a ella, pero que merece la pena.

Esta playa, considerada una de las más bellas de España, de alrededor de un kilometro de longitud y rodeada de dunas y vegetación, al igual que las anteriores.

La entrada al agua es muy suave por lo que es ideal para las familias, pero hay que tener en cuenta que todas estas playas son vírgenes y que es necesario llevar todo lo que necesitemos, incluyendo una bolsa para la basura que generemos.

Desde allí volvimos a los Escullos, pero no al camping, a la costa, donde se encuentra un antiguo fuerte de artillería sobre una duna fosilizada realmente espectacular y donde nos sentamos durante un rato a reflexionar y mirar el mar, sin nada más en mente que sentir el momento en el que nos encontrábamos.

La playa de los Escullos estaba llena de posidonias muertas, tanto que que no pudimos acercarnos mucho es una pena lo que esta pasando con este asunto, espero que las autoridades tomen cartas en el asunto, aunque puede que sea mucho pedir.

Después de esta decepción retornamos al camping para descansar y prepararnos para el día siguiente que íbamos a al punto más alejado de nuestra aventura…

Día 6 – La Isleta del Moro, El Playazo y la Playa de los Muertos

Llegamos al penúltimo día de nuestro roadtrip donde teníamos el plato fuerte, algunas de las playas y calas más espectaculares.

Llegamos a la Caleta del Moro, un pequeño pueblo pesquero con un mirador espectacular y una playa preciosa, una caleta que por desgracia encontramos llena de posidonias muertas.

Dunas de más de un metro de altura y un olor muy fuerte por la descomposición de las algas llenaban la playa, y era una pena por que es una de las más bonitas, o al menos a mi me lo parecían, pero es lo que tienen este tipo de viajes que nunca sabes que te vas a encontrar.

Seguimos nuestro viaje hasta el mirador de la Amatista, donde se podía ver la cala del Toro y unos acantilados preciosos…

Desde ahí fuimos de nuevo por caminos de esos que sabéis que me gustan con Karlitos dándolo todo hasta que una cancela nos impidió el paso para llegar al faro de punta punta de Polacra pero paramos a disfrutar del paisaje que recordaba al típico de las pelis del oeste.

Seguimos nuestro cruzando aldeas con una sola calle, junto a antiguas fortalezas y dunas con la vegetación tan peculiar de aquella zona y llegamos al Playazo.

Si, ya se que tiene un nombre peculiar pero la verdad es que es una paya preciosa, totalmente virgen y rodeada por acantilados volcánicos, un espectáculo para los ojos. En ella es donde más gente vimos practicando nudismo, así que si no te va el naturalismo lo mismo tienes que verla de lejos.

Y aún nos quedaba el plato fuerte, la playa de los muertos… cuando llegamos al no ser temporada alta, el parking estaba vacío y gratis, ya que de lo contrario hay que pagar.

Una vez que aparcamos empezamos el largo descenso por el camino que tiene una pseudoescalera para llegar al mar. Y creedme cuando os digo que mientras vas para abajo ya vas pensando en que luego hay que subir aquella cuesta infernal después de unas horas de playa.

Pero por fin llegas a la playa de los muertos, la pequeña cala en la que había algunas personas, pero no demasiadas.

En esta playa de chinos pequeñitos, está el agua totalmente cristalina, como si fuera una piscina, y los peces nadan a tu alrededor sin pudor ninguno. Por esta razón es que convencí a mis compañeros para hacer snorkel y tomar algunas fotos realmente espectaculares.

Después volvimos al camping, el viaje se acababa, al día siguiente regresaríamos de este road trip por Almería y volver a la rutina diaria, algo que ninguno queríamos.

Conclusiones

La verdad es que esta playa fue un final genial para nuestro road trip por Almería, donde hemos vimos y vivimos muchas cosas, sirvió para que mis acompañantes se reencontraran consigo mismos, que descubrieran esta forma de viajar y sobre todo para mi, ya que pude desconectar de muchas cosas y sentirme como yo soy en verdad, un loco de los viajes y de explorar cosas… por que soy incapaz de estar en un hotel con pulserita cuando puedo estar danzando por el mundo…

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